Si a través del CRM inmobiliario lo sabemos todo acerca de los clientes y mediante el ERP inmobiliario controlamos todo lo relacionado con la empresa, ¿qué necesidad hay de mantener ambas herramientas separadas? Está claro que integradas pueden complementarse para incrementar la competitividad de la empresa.

Imaginemos una situación real en la que estamos a punto de cerrar un acuerdo con un inversor y solo tenemos acceso al CRM para enseñarle el volumen de clientes. Si nos piden datos concretos del funcionamiento de la empresa, acudir al departamento que controla la información puede dar lugar a duplicidades, retrasos y errores que repercuten en la operación. En cambio, mantener centralizados los informes y tener acceso a herramientas digitales que generan análisis en tiempo real, contribuye a optimizar procesos en todos los sentidos.

Imaginemos también que la empresa quiere rastrear el recorrido completo de un contacto hasta que se convierte en cliente y para ello no solo es suficiente con el informe entregado por el CRM inmobiliario sino que quiere saber cuáles han sido los gastos internos que ha generado este proceso. Con la integración entre CRM y ERP es posible conocer en detalle lo que cada venta implica a los diferentes departamentos en términos de tiempo y dinero. Esto se traduce en un informe completo sobre rendimiento de los procesos. Así, se pueden reconocer tendencias, hacer prospecciones y, en definitiva, mejorar la rentabilidad.

Con objetivos complementarios, el CRM inmobiliario y el ERP inmobiliario se integran para entregar una visión 360º de todo el negocio. Un panorama global que se traduce en un aumento de la eficiencia y una experiencia mucho más positiva con clientes e inversores.